¡Ah, la cena de Navidad de la empresa! Amada por unos, odiada por otros. Esa ocasión anual donde el traje se mezcla con el confeti, y tu jefe intenta bailar salsa en medio de la pista con una corbata en la cabeza.
Vale, tal vez eso es demasiado exagerado y ese tipo de escenas solo ocurren en las películas (esperamos…)
De hecho, la cena de Navidad es una oportunidad para brillar, conectar con colegas y, con un poco de suerte, conseguir que la noche termine sin ningún desliz embarazoso.
Si te preguntas cómo lograrlo, estás en el lugar adecuado. Prepara tus cubiertos…
¡Empezamos!
#1. Elegir el atuendo perfecto: ni demasiado, ni muy poco
Cuando se trata de vestimenta, es fácil volverse loco y optar por una pajarita con luces intermitentes. Pero recuerda, es una cena de trabajo. Así que busca un equilibrio: viste con elegancia, pero sin llegar al punto de parecer que vas a los Oscar.
¡Y por favor! Olvida la corbata con el reno parpadeante.
#2. Las reglas del alcohol: mantenerlo bajo control
Sí, es una fiesta, y sí, hay barra libre.
Pero eso no significa que tengas que beber como si no hubiera un mañana. Limita tu consumo, disfruta de una o dos copas, y sobre todo, no te conviertas en el protagonista de las anécdotas de la mañana siguiente.
#3. Conversaciones: evita los temas espinosos
Las cenas de empresa son una excelente oportunidad para socializar y conocer mejor a tus colegas. Sin embargo, evita temas controversiales como política, religión o qué equipo de fútbol es el mejor.
Y aunque pueda parecer obvio, la cena de empresa NO es el lugar para discutir ascensos o aumentos salariales.
#4. Pista de baile: diviértete, pero con medida
A todos nos encanta un buen baile, y es fácil dejarse llevar por la música. Pero, a menos que estés seguro de tus habilidades, es mejor no intentar movimientos de breakdance delante de todos.
Disfruta, baila con tus compañeros, ¡pero evita ser el centro de todas las miradas (a menos que seas un excelente bailarín/a)!
#5. Alimentación: deléitate con moderación
Las cenas de empresa suelen tener una variedad de platos exquisitos. Sí, es tentador probarlo todo, pero recuerda que es mejor no llenarte hasta reventar, a no ser que luego quieras vivir a base de sales de frutas…
Además, si tienes alguna restricción alimenticia, asegúrate de comunicarlo con antelación para evitar sorpresas.
#6. Despedida: termina la noche con elegancia
No te vayas sin despedirte. Agradece a los organizadores, despídete de tus compañeros y, si has consumido alcohol, asegúrate de tener un medio de transporte seguro para regresar a casa.
Ahora que ya lo sabes solo te queda relajarte y disfrutar de la fiesta.
Y recuerda: si bebes, ¡no conduzcas!