Hace 100 años Miguel de Unamuno escribía “El progreso consiste en renovarse”. Un siglo después, esta frase sigue siendo tan real como la vida misma. Y es que el entorno cambiante en el que vivimos actualmente obliga a las organizaciones a ser flexibles. Lo dicho, “Renovarse o morir”.
Pero, ¿qué es la flexibilidad en una organización? ¿Qué estructura tiene una organización flexible? ¿Cómo se ve en la práctica?
Toma nota, que en este artículo vamos a responder a esas preguntas. O, al menos, a intentarlo.
¡Empezamos!
Lo que encontrarás en este artículo:
#1. ¿Qué es la flexibilidad en una organización?
Cuando hablamos de flexibilidad organizacional, nos referimos a la capacidad de una empresa para adaptarse a los cambios y ajustar procesos, estructuras y comportamientos para dar respuesta a nuevos retos y circunstancias.
La flexibilidad no es un concepto que se aplique a un solo factor. De hecho, esta cualidad se manifiesta en múltiples aspectos y, hoy en día, en un mercado que cambia constantemente, ser flexible es crítico para la competitividad y sostenibilidad de la empresa.
Una visión clara, un propósito compartido, un equipo multifacético y un liderazgo eficaz son solo algunas de las características que definen una organización flexible y próspera.
#2. ¿Qué beneficios aporta la flexibilidad para la empresa?
Las empresas que mantienen la flexibilidad como parte de su estrategia tienen en cuenta la adaptación a las necesidades del mercado y la capacidad de responder rápidamente a los cambios tanto internos como externos.
¿Y esto en que se traduce?
Veamos algunos de los principales beneficios:
- Competitividad: Una empresa flexible responde rápidamente a fluctuaciones del mercado, nuevas tendencias o cambios en la economía, lo que le permite aprovechar oportunidades sin perder eficacia.
- Eficiencia: Ser flexible implica experimentar y optimizar constantemente. Este enfoque genera mejores resultados en menos tiempo y con menos inversión.
- Fidelización del talento: Las empresas que se adaptan a las tendencias actuales (por ejemplo, ofreciendo horarios flexibles) retienen al talento mejor que sus competidores tradicionales. Los empleados valoran equilibrar su vida personal y laboral, por lo que este es un factor decisivo para quedarse o buscar otra empresa.
- Reducción de costes: Gracias a la mayor satisfacción del equipo, disminuyen los costes asociados a la rotación de personal y al absentismo.
- Innovación: La flexibilidad fomenta un ambiente creativo en el que los empleados pueden proponer nuevas ideas y soluciones para productos, servicios y procesos.
#3. ¿Cómo crear una estructura organizacional flexible?
“Del dicho al hecho hay un trecho”. Esta la escribió Cervantes. Y es que algunas empresas creen que “ser flexible” se reduce a permitir que sus empleados elijan entrar a la oficina entre las 7 y las 9.
En realidad, la flexibilidad es un concepto estructural y abarca mucho más allá de los horarios. Tiene que formar parte del corazón de la organización.
Te mostramos cómo:
1. Cultura y Comunicación
La base de cualquier organización flexible es una cultura organizacional que valore la creatividad, el intercambio de ideas y la comunicación transparente. La cultura es el “pegamento” que mantiene al equipo alineado y enfocado, por lo que debe permitir que cada persona aporte su punto de vista y exprese sus inquietudes sin barreras.
- Apertura y colaboración: Fomenta un ambiente donde la creatividad y el intercambio de ideas se consideren esenciales. Las organizaciones que valoran la diversidad de pensamiento logran abordar los problemas desde perspectivas diferentes, lo que resulta en soluciones más innovadoras y efectivas.
- Comunicación efectiva: Establece canales claros y accesibles para la comunicación. Esto significa que cada miembro del equipo tiene una vía segura para expresar sus preocupaciones, hacer preguntas y compartir actualizaciones importantes. La transparencia en la comunicación reduce el malentendido y mantiene a todos coordinados.
- Equilibrio entre trabajo y vida personal: Implementa políticas que ofrezcan flexibilidad horaria, jornadas reducidas y opciones de trabajo remoto. Esto permitirá a los empleados equilibrar sus responsabilidades personales y laborales sin perder productividad, creando un ambiente de trabajo que valora el bienestar de su equipo.
2. Estructura y Autonomía
Una estructura organizacional flexible sabe fomentar la autonomía y la capacidad de decisión, sin la rigidez de estructuras jerárquicas complejas. Esto permite que los equipos se adapten con mayor rapidez a los cambios.
- Jerarquía plana: Simplifica la estructura de la organización reduciendo los niveles jerárquicos, lo que facilita una toma de decisiones más rápida y directa. A parte de agilizar los procesos, también conseguirás que los empleados se sientan más involucrados en las decisiones estratégicas y operativas.
- Empoderamiento del equipo: Da a los empleados la libertad de tomar decisiones dentro de su área de competencia. Esto incentiva el sentido de responsabilidad y la proactividad, permitiendo que cada persona se sienta dueña de su trabajo y de sus resultados.
3. Innovación y Desarrollo
La innovación constante y el desarrollo de habilidades son imprescindibles para que una organización mantenga su relevancia en un mercado en constante cambio. La formación continua y el uso de tecnología se vuelven clave para mantener al equipo en sintonía con las demandas actuales.
- Reskilling y Upskilling: Ofrece oportunidades para el aprendizaje y la mejora de habilidades mediante programas de formación y desarrollo. Ya sea en competencias técnicas o habilidades blandas, el equipo estará siempre actualizado y listo para afrontar nuevos retos.
- Uso de tecnología: Implementa herramientas que fomenten el trabajo colaborativo y remoto, y que permitan automatizar procesos rutinarios. De esta manera, los empleados pueden concentrarse en tareas estratégicas y de alto valor añadido, ganando en eficiencia y productividad.
- Adaptabilidad en los roles: Permite a los empleados asumir responsabilidades diferentes según sus capacidades y las necesidades corporativas del momento. Este enfoque promueve la versatilidad y ayuda a que la organización responda a los cambios del mercado sin depender de una estructura rígida.
4. Resiliencia y Adaptabilidad
La resiliencia es importantísima, ya que permite a la organización adaptarse a las adversidades sin comprometer su estabilidad ni su progreso. Y es que prepararse para los imprevistos y saber gestionar el cambio son dos cualidades que marcan la diferencia en un entorno inestable.
- Gestión del cambio: Diseña estrategias de adaptación para responder eficazmente a los imprevistos. Piensa en incluir planes de contingencia, formación en gestión del cambio y comunicación abierta con el equipo para que sepan cómo adaptarse en situaciones de crisis.
- Definición clara de objetivos: Mantén un enfoque claro, incluso cuando surjan cambios. Si la empresa y el equipo están alineados con los objetivos a largo plazo, será más fácil adaptarse a los cambios sin perder de vista la dirección general.
##Conclusión
Así que ya ves. La flexibilidad organizacional es el cimiento para el crecimiento y el éxito.
Por eso, las organizaciones que comprenden y aplican esta filosofía crean un espacio donde su equipo prospera, las ideas fluyen, y se mantienen competitivas sin importar las circunstancias.
En Global Human Consultants, sabemos que la flexibilidad organizacional es clave para el crecimiento y la sostenibilidad a largo plazo. ¿Te gustaría saber cómo transformar tu organización en una empresa ágil y adaptable? ¡Hablemos!