Si en tu día a día tratas con muchas personas, te habrás dado cuenta de que con algunas es más fácil hablar que con otras. ¿Por qué son más listas? ¿Más espabiladas? ¿Saben escuchar mejor? No👇
Las personas tenemos distintas formas de ser y de relacionarnos. Algunas son más directas, les gusta ir al grano y que no se anden con rodeos. Otras, son más calmadas, prefiriendo analizar su entorno y meditar respuestas antes de darlas. ¿Qué pasa cuando estos dos tipos de personas se juntan? Pues que la comunicación no fluye. No es efectiva.
Por eso, hoy queremos hablarte de una herramienta que te servirá para conocer tu estilo relacional y el de los demás: el Método Bridge.
Aplicando este método, podemos saber cuál es nuestro estilo principal a la hora de comunicarnos con las personas que nos rodean.
Bridge facilita poder adaptar nuestro estilo a la persona a la que nos dirigimos, haciendo que sea mucho más fácil entenderse, evitar conflictos y malentendidos, y mantener conversaciones fluidas y productivas.
¿Te interesa? Pues entonces sigue leyendo.
¡Empezamos!
Lo que encontrarás en este artículo:
- ¿Qué es el Método Bridge?
- Los cuatro estilos relacionales del Método Bridge: Tierra, Fuego, Agua, Aire
- Cómo comportarse con cada estilo relacional
#1. ¿Qué es el Método Bridge?
Bridge es una herramienta que, como su nombre indica, está diseñada para “tender puentes” entre los distintos modelos relacionales.
Mediante el uso de un test psicométrico científicamente comprobado y validado, Bridge explora de una manera sencilla y fácil de entender los distintos estilos comunicativos, y así facilitar las relaciones interpersonales.
Permite, entre otras cosas, conocerse a uno mismo en relación a los demás. Y este nivel de autoconocimiento es lo que logra transformar nuestra forma de comunicarnos para hacerla mucho más efectiva.
Por lo tanto, se trata de una herramienta muy útil para el ámbito laboral, especialmente para la mejora del liderazgo.
Para que un equipo funcione, la comunicación es vital. De hecho, no son pocas las ocasiones en las que una empresa se va a pique por culpa de la falta de entendimiento entre sus miembros. Por eso es tan importante saberse comunicar con efectividad.
Y ese es el objetivo del Método Bridge.
#2. Los cuatro estilos relacionales del Método Bridge: Tierra, Fuego, Agua, Aire
Siguiendo el modelo de estilos dicotómico de Carl Jung, el Método Bridge también utiliza pares de personalidad opuestos.
Tierra, Fuego, Agua y Aire son los cuatro elementos que simbólicamente expresan los distintos estilos de relacionarse. Si eres millennial, seguramente se te venga a la cabeza “El Capitán Planeta”.
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¿Por qué el uso de los cuatro elementos? Porque es fácil de recordar, cercano e intuitivo. Vamos a ver cada elemento – estilo relacional – por separado.
Tierra: Seguridad y Estabilidad
Las personas con un estilo relacional Tierra son racionales y reflexivas.
Este estilo se caracteriza por querer vivir en la realidad tangible y demostrable, por “aterrizar” las cosas, y vivir con los pies en el suelo.
A las personas Tierra les motiva hacer las cosas bien hechas, siguiendo los métodos y procesos adecuados, sin salirse de las normas. Son analíticas, atentas a los detalles y capaces de hallar siempre la objetividad a los problemas.
También se trata de personas reservadas, que se expresan con cuidado, y que muestran un cierto grado de incomodidad en los excesos de expresividad y protagonismo. Vamos, que no les gusta ser el centro de atención.
Les gusta la estabilidad, y necesitan estar siempre preparados ante cualquier situación o acontecimiento.
Fuego: Rapidez y Resultados
Los individuos con un estilo de comunicación Fuego son racionales y activos.
Se trata de personas apasionadas, valientes, directas, a las que le gustan los retos y, en ocasiones, la confrontación. Las personas Fuego saben lo que quieren, y lo quieren ya, lo que a menudo les hace parecer impacientes o ponerse nerviosos si su interlocutor es indeciso.
Por lo general, son personas alegres, positivas y optimistas. Seguras de sí mismas, no les importa asumir riesgos, por lo que se convierten en los individuos ideales para emprender nuevos proyectos.
También se destacan por ser personas que viven su vida a tope, haciendo que a menudo tomen las riendas de su destino sin dar explicaciones. Sin embargo, cuando se comunican, lo hacen de manera clara y directa, y esperan que los demás hagan lo mismo.
Agua: Armonía en las relaciones
Emocionales y reflexivos, las personas de estilo Agua tienden a ser sensibles, compasivas, serenas y empáticas.
Priorizan el trabajo en equipo, y huyen de aquellos que usan el liderazgo demasiado directivo. Las personas Agua no acostumbran a trabajar bien bajo presión, y les paraliza y odian el conflicto.
Ante las situaciones complejas, tienden a derrumbarse, pues suelen estar vinculadas emocionalmente a su entorno.
Al contrario que Fuego, las personas de estilo Agua no son directas en su comunicación. Piensan mucho las cosas antes de decirlas, ya que les aterra ofender o herir los sentimientos de los demás. Y tampoco entienden cómo otras personas son capaces de hacerlo.
Aire: Conectar con otras personas
Por último, las personas Aire son emocionales y activas.
Curiosas, expresivas, siempre tienen ganas de aprender cosas nuevas. A pesar de que se trata de personas directas, su estilo es más emocional. Por lo que, ante un conflicto, lo primero que harán será hundirse, para luego reaccionar exageradamente y precipitarse en sus decisiones.
Tienen un nivel de exigencia bastante alto, y por eso a las personas Aire les motiva hacer las cosas de forma brillante, destacándose de los demás. A raíz de eso, también les gusta que se les valore por ello y recibir reconocimiento y halagos por sus contribuciones.
Dispersas por naturaleza, no te extrañes si más de una vez las pillas “pensando en las musarañas”.
También se trata de personas muy visuales y conceptuales, aborrecen los detalles, las normas y los procedimientos y odian la rutina, porque les resulta aburrida.
¿Te has identificado con alguno de los estilos? 😉
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#3. Cómo comportarse con cada estilo relacional
Como ves, cada estilo tiene sus cualidades y peculiaridades, igual que todas las personas.
Identificar estas diferencias y saber cómo comportarse con cada estilo relacional hará nuestra comunicación mucho más efectiva, haciendo que nuestros mensajes lleguen con solidez.
Y lo mismo a la inversa. Entender de qué forma se están dirigiendo a nosotros hace que interpretemos mejor el discurso, evitando confrontaciones y malos entendidos.
❗Así que la próxima vez que te encuentres con un Fuego, recuerda: no es borde contigo, es su forma de relacionarse.
Bien, veamos cómo podemos ser más efectivos con cada estilo relacional del Método Bridge:
Relacionarse con Tierra
- Prepara tu discurso con antelación.
- El ritmo al hablar no debe ser rápido.
- Intenta regular tus expresiones no verbales.
- Aporta datos basados en hechos.
- La rigurosidad es la clave.
- Asegúrate de que la persona con la que hablas está entendiendo todo lo que dices.
- Aporta información. Mucha información.
- No te molestes si la persona Tierra intenta analizar todos los aspectos que considere relevantes.
- Evita la proximidad física.
- No menosprecies los temas importantes: seriedad ante todo.
- Respeta sus los hábitos y rutinas.
Relacionarse con Fuego
- Comunícate de una forma directa y decidida. O al menos, que lo parezca.
- Agiliza el discurso, habla rápido.
- No te disperses y focalízate en la esencia de lo que quieres transmitir.
- Nada de rodeos, al grano.
- Su estilo muy directo puede parecer brusco, no es algo personal.
- Busca siempre soluciones.
- Mantén una postura firme.
- Olvídate de expresiones emocionales.
- A las personas fuego les gusta dirigir la conversación.
- No alargues la conversación si no es necesario.
Relacionarse con Agua
- Al igual que con Tierra, prepara la conversación con tiempo.
- Mantén un discurso relajado, preguntando más que afirmando.
- Escucha con paciencia y sin presionar.
- No busques soluciones rápidas.
- Pregúntate de qué manera estás influyendo en esa persona.
- Ten en cuenta todas sus aportaciones y aprécialas.
- Busca su opinión sobre el tema, y dale tiempo para reflexionar.
Relacionarse con Aire
- Reconoce sus ideas y su creatividad.
- Mantén una mente abierta y sé flexible.
- Dedica un tiempo a la exploración del tema antes de sacar una conclusión.
- Implícate en la conversación.
- Sé visual y expresivo.
- Huye de las rutinas.
- La actitud: abierta y entusiasta.
- No des muchos detalles, es aburrido.
- Una vez finalizada la conversación, ayuda a Aire a resumir lo más importante.