Todos conocemos al gigante Google, organización líder en equipos de alto rendimiento y best place to work. Como en la mayoría de organizaciones, algunos de sus equipos son altamente competentes pero, otros no tanto.
Para averiguar cuál es el factor diferencial entre los equipos de alto rendimiento y los que no, Google creó el Proyecto Aristóteles: una investigación cuyo objetivo era descubrir el patrón por el cual se rigen los equipos excelentes y crear un modelo que poder replicar en el resto de la plantilla.
Tras 5 años de estudio, millones de dólares invertidos y más de 100 equipos analizados, los y las investigadores/as descubrieron algo que no encajaba con sus expectativas iniciales.
Un equipo de alto rendimiento no depende del bagaje académico de sus componentes, ni de sus habilidades, ni de sus personalidades extrovertidas (o introvertidas), ni del número de personas que lo forman, ni de los intereses comunes, ni de si son amigos además de compañeros.
No, lo que realmente importa, lo que el Proyecto Aristóteles descubrió, fue que el factor crítico común, de lo que depende un equipo de alto rendimiento, es el factor llamado seguridad psicológica.
¡Empezamos!
Lo que te encontrarás en este artículo:
- ¿Qué es la seguridad psicológica?
- ¿Qué no es la seguridad psicológica?
- Beneficios de la seguridad psicológica en las organizaciones
- Cómo implementar un espacio de trabajo seguro
- Conclusiones
#1. ¿Qué es la seguridad psicológica?
Amy Edmondson, experta en liderazgo, trabajo en equipo y aprendizaje organizacional, lleva muchos años estudiando la importancia de la seguridad psicológica en las empresas.
Según su definición, la seguridad psicológica es la creencia en saber que no vamos a ser castigados ni humillados por hablar sobre nuestras impresiones, preguntar o transmitir errores.
Es saber con certeza que nuestras decisiones no están influidas por las posibles reacciones negativas de las personas que integran nuestro entorno laboral, es decir, poder ser nosotros mismos sin temor al qué dirán.
Tal y como dice Edmondson “Estamos tan ocupados manejando impresiones, que no contribuimos a crear una mejor organización”.
#2. ¿Qué no es la seguridad psicológica?
Es posible que nos encontremos a muchos líderes algo inquietos ante la idea de tener que notificar errores, problemas y preocupaciones con total normalidad, como si de algo bueno se tratase.
Y la verdad es que, aunque no lo creas, así es. Compartir la información adecuada en el momento adecuado, incluyendo errores, nos permite corregirlos a tiempo sin que estos afecten de manera grave a al proyecto o a la organización. Y por supuesto, nos permite no caer en los mismos errores una y otra vez.
Esto no implica obligatoriamente ser simpático y agradable ante ante los problemas, ni tampoco la falta de penalizaciones ante actitudes reprochables.
La seguridad psicológica no trata sobre ser laxo en el trabajo y dejar de lado la excelencia, porque la seguridad psicológica nada tiene que ver con la motivación, si no con ser abierto de mente y respetuoso con los diferentes puntos de vista para poder crear un espacio abierto a la innovación y el desarrollo.
#3. Beneficios de la seguridad psicológica en las organizaciones
Cuando una empresa cultiva una cultura en la que las personas se pueden comunicar abiertamente, con seguridad y sin miedo a ser juzgados o rechazados, se está creando el escenario ideal y necesario para la evolución y el crecimiento empresarial.
Y es que los equipos con una alta seguridad psicológica están dispuestos a debatir, a llevar a cabo nuevas ideas, a apoyar y reconocer al resto de sus compañeros, a admitir errores y aprender de ellos.
En definitiva, se están creando equipos con un mayor desempeño y capacidad de innovación.
Pero no solo eso. Un espacio de trabajo seguro mejora el humor, evita la ansiedad interpersonal, impulsa la motivación, la creatividad y crea un buen ambiente que mejora el clima laboral, otro factor influyente en el buen desempeño y productividad.
#4. Cómo implementar un espacio de trabajo seguro
Crear un lugar de trabajo con los niveles óptimos de seguridad psicológica no es fácil ni rápido, pero siguiendo estos consejos, poco a poco se irá creando un espacio adecuado en el que los trabajadores se sientan a gusto compartiendo su forma de pensar sin temor a las reacciones de los demás.
1. Evita poner el foco en la ejecución.
Cuando ante nuevos retos se le presta demasiada atención a la ejecución, los empleados pueden sentirse inseguros de cometer errores, entorpeciendo y ralentizando el proceso de producción.
En vez de eso, es mejor plantear los nuevos proyectos como oportunidades de aprendizaje donde los errores pueden ser habituales. Esta mentalidad ayuda a los colaboradores a salir de su zona de confort y a perder el miedo a equivocarse.
2. Admite tus propios fallos.
Si un miembro del equipo cree que los demás son perfectos y no cometen errores, es posible que se sienta avergonzado al reconocer los suyos propios.
Reconocer nuestros errores es una buena práctica que influye a que los demás hagan los mismo, demuestra humildad, transparencia y mejora la confianza.
3. Reemplaza la crítica por curiosidad.
A la hora de hacer críticas constructivas, enfatiza tu lado curioso, es decir, pregunta por qué algo salió mal, en vez de simplemente apuntar que algo salió mal.
En vez de decir «las ventas han bajado«, podrías decir «me he dado cuenta de que los niveles de ventas están bajando, ¿a qué piensas que es debido?«.
Cuando preguntamos genuinamente, los demás se sienten más propensos a responder y compartir la información necesaria.
4. Pide feedback constante
Otra manera efectiva de trabajar la seguridad psicológica es demostrar que tus empleados te importan escuchando todo lo que tienen que decir y teniendo en cuenta sus opiniones e ideas.
Demandar feedback de forma habitual crea un hábito en el que los colaboradores no dudarán en aportar nuevas y valiosas ideas que ayuden al crecimiento empresarial.
##Conclusiones
Para lograr equipos de alto rendimiento es necesario impulsar una cultura que promueva la seguridad psicológica, en la que los empleados puedan expresarse abiertamente sin miedo al ridículo o al rechazo.
Si nos sentimos seguros trabajamos mejor, con una mayor implicación, mayor rendimiento, mayor innovación y creatividad.
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