Da igual qué tipo de compañía tengas, llegará un momento en que vas a tener que parar y analizar su situación. Ya sea porque quieres mejorar procesos, implementar cambios, crear un nuevo producto o servicio, investigar a la competencia o revisar objetivos, hacer un Diagnóstico Organizacional te servirá para descubrir cuál es la mejor estrategia para lograr aquello que quieres alcanzar.
Por eso, en el blog de hoy hemos preparado un artículo completo en el que podrás descubrir con todo lujo de detalles diferentes metodologías para realizar tu diagnóstico organizacional y mejorar tu empresa.
¡Empezamos!
Lo que encontrarás en este artículo:
- ¿Qué es un Diagnóstico Organizacional?
- Elementos que estructuran el Diagnóstico Organizacional
- 5 herramientas o técnicas para hacer un Diagnóstico Organizacional
#1. ¿Qué es un Diagnóstico Organizacional?
Un diagnóstico organizacional es un proceso sistemático para evaluar y analizar la salud, el desempeño y la efectividad de un negocio y sirve para identificar fortalezas, áreas de mejora, oportunidades de crecimiento y amenazas que afecten al éxito de la organización.
Así, su principal objetivo no es otro que proporcionar una compresión clara y completa de la situación actual de la compañía para poder facilitar la toma de decisiones.
Para que este tipo de análisis sea exhaustivo, se necesita abarcar aspectos que van desde la estructura organizacional, hasta la cultura, el sistema de trabajo, la comunicación interna, la gestión de recursos, el tipo de liderazgo y la experiencia de los empleados, entre otros.
En definitiva, un diagnóstico organizacional es una herramienta que te ayuda a mejorar el funcionamiento integral de tu empresa para que puedas alcanzar todos tus objetivos.
#2. Elementos que estructuran el Diagnóstico Organizacional
Un proceso de diagnóstico organizacional bien hecho debe incluir los siguientes pasos:
- Definición del alcance y objetivos: Qué se espera lograr con el diagnóstico y qué áreas o aspectos de la organización se evaluarán.
- Recopilación de información: Obtención de datos a través de diversas fuentes y métodos, como encuestas, entrevistas, observaciones, análisis de documentos o revisiones de desempeño.
- Análisis de la información: Con los datos recopilados, identificar patrones, problemas, causas raíz, y áreas de mejora.
- Identificación de problemas y oportunidades: ¿Dónde la organización está funcionando bien y dónde se necesitan mejoras?
- Recomendaciones: Desarrollo de propuestas y estrategias para abordar las áreas problemáticas y aprovechar las oportunidades para ponerles solución.
- Plan de Acción: Elaboración de un plan detallado para implementar las recomendaciones, con plazos, responsables y recursos necesarios.
- Seguimiento y evaluación: Monitoreo continuo del progreso y los resultados para asegurarse de que las acciones que se han implementado están dando sus frutos. Y si no… ir ajustando todo aquello que sea necesario.
#3. 5 herramientas o técnicas para hacer un Diagnóstico Organizacional
Si estás aquí, es porque has leído el título del artículo y quieres saber cuáles son esas 5 metodologías que te permitirán conocer a fondo los entresijos de tu organización.
Pues no te preocupes, que no te hacemos esperar más. ¡Ahí los llevas!
1. Encuestas a empleados
Las encuestas para empleados son un tipo de herramienta que se utiliza para recopilar información directa sobre la percepción, satisfacción y bienestar de los trabajadores.
Una de sus grandes ventajas es su versatilidad ya que, dependiendo de tus objetivos y de lo que quieras evaluar, puedes adaptar su contenido y hacer encuestas específicas sobre:
- Satisfacción laboral
- Clima organizacional
- Cultura de la empresa
- Comunicación interna
- Oportunidades de desarrollo
- Liderazgo
Estos son solo algunos ejemplos, ya que la variabilidad de temáticas es prácticamente infinita.
Eso sí, para que las encuestas sean útiles, deben estar formuladas con preguntas claras y relevantes. Por otro lado, puedes decidir si quieres que sean anónimas o no. Aunque, sí quieres datos útiles de verdad, lo mejor es mantener la privacidad de los encuestados para que puedan responder de forma sincera y transparente.
Luego, la información obtenida se utiliza para identificar puntos fuertes y no tan fuertes, así como detectar patrones que señalen problemas específicos.
Con estos resultados, ya estarás listo para desarrollar e implementar estrategias eficaces que aborden directamente tus intenciones de mejora.
2. Análisis FODA (SWOT)
El análisis FODA (o SWOT por sus siglas en inglés: Strenghts, Weaknessess, Opportunities, Threats) es otra herramienta estratégica ampliamente utilizada, y sirve para identificar y evaluar los factores internos y externos que pueden estar afectando a la organización.
Se divide en cuatro componentes:
Factores internos:
- Fortalezas. Representan las capacidades y recursos positivos, como las ventajas competitivas o la propuesta de valor.
- Debilidades. Áreas donde hay deficiencias que impiden un rendimiento óptimo.
Factores externos:
- Oportunidades. Aspectos que la organización puede explorar para su beneficio, como tendencias de mercado o cambios en el entorno.
- Amenazas. Elementos que podrían perjudicar la salud de la empresa, como una competencia creciente o cambios en leyes o regulaciones.
El propósito de un análisis FODA es proporcionar una fotografía clara y estructurada de la posición actual de la organización para identificar áreas de ventaja competitiva y aspectos que se deberían mejorar.
Ahora bien, pese a que es una técnica fácil de implementar, ¿cómo saber cuáles son tus fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas?
Para ayudarte a extraer tus propias conclusiones, aquí te dejamos una lista de preguntas que puedes hacerte:
Fortalezas
- ¿Cuáles son nuestras principales ventajas competitivas?
- ¿Qué recursos y capacidades clave poseemos?
- ¿En qué áreas superamos a nuestros competidores?
- ¿Qué habilidades y conocimientos destacan en nuestro equipo?
- ¿Qué aspectos de nuestra cultura organizacional son nuestros puntos fuertes?
- ¿Qué procesos y tecnologías nos hacen más eficientes?
- ¿Qué valoran más nuestros clientes de nosotros?
Debilidades
- ¿Qué recursos nos faltan o son insuficientes?
- ¿En qué áreas nuestros competidores nos superan?
- ¿Cuáles son las deficiencias en nuestras habilidades o conocimientos?
- ¿Qué problemas recurrentes enfrentamos en nuestras operaciones?
- ¿Qué aspectos de nuestra cultura organizacional necesitan mejora?
- ¿En qué procesos somos menos eficientes?
- ¿Qué quejas o comentarios negativos recibimos de nuestros clientes?
Oportunidades
- ¿Qué tendencias del mercado podemos aprovechar?
- ¿Existen nuevas tecnologías que podamos adoptar?
- ¿Qué cambios en la legislación pueden beneficiarnos?
- ¿Hay segmentos de mercado desatendidos que podamos explorar?
- ¿Qué alianzas estratégicas podríamos formar?
- ¿Qué oportunidades de expansión geográfica existen?
- ¿Cómo podemos mejorar la satisfacción y lealtad de nuestros clientes?
Amenazas
- ¿Qué competidores nuevos o existentes representan una amenaza?
- ¿Qué cambios en la regulación pueden afectarnos negativamente?
- ¿Cómo podrían las condiciones económicas impactar nuestro negocio?
- ¿Qué tendencias del mercado podrían reducir nuestra participación?
- ¿Qué riesgos tecnológicos o de seguridad enfrentamos?
- ¿Qué problemas en la cadena de suministro podrían surgir?
- ¿Qué cambios en las preferencias de los clientes podrían desfavorecernos?
3. Benchmarking
Por otro lado, el benchmarking es un proceso continuo mediante el cual una organización compara sus procesos, prácticas y métricas de desempeño con las de otras organizaciones similares a las de su área y sector. Particularmente, de aquellas que son líderes en la industria.
Una comparativa de benchmarking involucra una amplia gama de factores: desde métodos operativos, hasta estrategias de marketing, pasando por estructura de costes y niveles de satisfacción del cliente.
Con esta técnica, es posible identificar las mejores prácticas y estándares de excelencia (que de verdad han demostrado ser útiles), para adoptarlos en tus propios procesos y mejorar tu competitividad.
4. Análisis de la Cadena de Valor de Porter
Desarrollada por Michael Porter, el análisis de la cadena de valor se utiliza para identificar actividades internas que crean valor para los clientes.
Para ello, se dividen las actividades en dos tipos que deberán ser analizadas para entender cómo contribuyen al valor final del producto o servicio:
- Actividades primarias: Incluye la logística interna y externa, operaciones, marketing, ventas y servicio de post-venta.
- Actividades de apoyo: Abarcan las infraestructuras, la gestión de People, el desarrollo tecnológico y las adquisiciones y compras.
Veamos cómo implementar la cadena de valor de Porter paso a paso:
Primero, es esencial identificar las actividades primarias y de apoyo que crean valor específico para la organización, lo que incluye todas las funciones directamente relacionadas con la producción y entra del producto o servicio.
El segundo paso, es encontrar los nexos que relacionan ambos tipos de actividades y cómo se influyen mutuamente y cómo contribuyen al valor total.
Tercero, identificar ineficiencias y pensar en soluciones para optimizar el proceso y maximizar el valor.
El cuarto y último paso, es aplicar esas soluciones para mejorar el rendimiento del negocio.
Se trata de una técnica muy eficaz para entender procesos internos e identificar actividades que no suman ningún tipo de valor a los clientes. Por cierto, de eso os hablamos en este epi de Siempre Puedes Practicar Surf 😉
5. PESTEL
La última de las herramientas para un diagnóstico organizacional eficaz que te enseñamos es el análisis PESTEL para analizar factores macroambientales.
PESTEL es un acrónimo que representa el nombre de los siguientes factores:
- Políticos
- Económicos
- Sociales
- Tecnológicos
- Ecológicos (o Ambientales)
- Legales
Cada uno de estos factores representa un aspecto del entorno externo que influye en las operaciones y el rendimiento de la organización, lo que ayuda a comprender el contexto, identificar oportunidades y amenazas y desarrollar estrategias adecuadas para enfrentar desafíos, tanto actuales como futuros.
Sí, un poco lo mismo de antes, pero es que esto no deja de ser un artículo de análisis organizacional, ¿no? 😊
Bueno, veamos un poco más en detalle qué quiere decir cada uno de esos elementos y qué es lo que evalúan:
El componente político examina la influencia de las políticas fiscales, regulaciones gubernamentales y acuerdos comarciales
El factor económico analiza el crecimiento (o no) de la economía, las tasas de interés, el PIB, la inflación y los niveles de empleo.
Los factores sociales evalúan aspectos demográficos y culturales, mientras que los tecnológicos la innovación, la investigación y el desarrollo de nuevas tecnologías y cómo estas impactan en la población.
Por su parte, los elementos ecológicos se centran en el impacto ambiental y las regulaciones relacionadas, la sostenibilidad y la gestión de recursos naturales.
Y por último, en el aspecto legal se analiza el marco legal donde opera la compañía como las leyes laborales, las normativas de seguridad, protección al consumidor y regulaciones comerciales.
##Conclusiones
Los diagnósticos organizacionales son fundamentales para entender y mejorar el funcionamiento interno de una empresa a través del examen detallado de las estructuras, procesos y comportamientos de las personas.
De este modo, las empresas podemos identificar áreas de mejora, optimizar recursos y fomentar un entorno de trabajo sano y positivo que potencie el rendimiento, tanto individual como global.
Claro que, hacer un diagnóstico bien hecho requiere una gran inversión de tiempo y esfuerzo. Por eso, si estás interesado en analizar tu organización pero no tienes hueco en tu agenda, en Global Human Consultants te ayudamos haciéndolo por ti. ¡Solo tienes que ponerte en contacto con nosotros y explicarnos qué necesitas para que empecemos a colaborar juntos!
¿Alguna vez has utilizado alguna de estas técnicas de diagnóstico organizacional? ¡Te leo en los comentarios!