Construir la confianza es un proceso clave para alcanzar el éxito. Un equipo no puede funcionar si no hay confianza entre los miembros que lo forman.
Esto es así en cualquier ámbito: deportivo, familiar, empresarial… ¿Te imaginas un equipo de fútbol en que los jugadores no confiasen los unos en los otros? ¿Qué pasaría si ninguno de sus compañeros confiase en Messi para marcar goles? ¿Qué pasaría si un hijo no tuviera la confianza necesaria para explicarle sus problema a sus padres?
¿Qué pasaría si un empleado no confiase en su líder? O, ¿un líder que no confiase en su equipo?
Como seguramente ya te estarás imaginando, las consecuencias no son nada buenas: malas decisiones, tensión, toxicidad, desmotivación…
Si quieres saber cómo evitar estos problemas y hacer que tu equipo trabaje a máxima potencia, no te pierdas lo que viene a continuación: cómo construir la confianza.
¡Empezamos!
Lo que te encontrarás en este artículo:
- La importancia de la confianza.
- Sé un líder, no un jefe.
- Consejos para construir la confianza.
- Conclusiones.
#1. La importancia de la confianza
Como se suele decir, la confianza se obtiene durante un proceso largo y constante que se tarda en conseguir pero que es muy rápida de perder.
Desde el punto de vista de RRHH, son los directivos y los demás líderes quienes tienen que hacer ese trabajo de construcción de la confianza.
Cuando confían en los líderes, los empleados se sienten más seguros para tomar decisiones, se vuelven proactivos, la comunicación fluye, la motivación sube, se tornan más comprometidos con la organización y sus objetivos y eso se traduce en un equipo más productivo.
Como resultado, la empresa se beneficia enormemente haciéndola más competitiva dentro del mercado laboral.
#2. Sé un líder, no un jefe.
Actualmente en el área de RRHH se están desarrollando nuevos sistemas de liderazgo, los cuales prestan especial énfasis en dejar atrás la típica figura de «el jefe» para dar paso a un persona más accesible para el resto del equipo: «el líder«.
¿Por qué esto es importante?
Porque, un líder genera confianza. Un líder es carismático, enseña y comparte experiencias de aprendizaje, orienta a sus colaboradores (porque un líder tiene colaboradores, no subordinados), supervisa, se comunica y ofrece feedback constante (hablando de feedback, quizás esto te interese ).
Podríamos dedicar un artículo entero a describir las diferencias entre un jefe y un líder pero, en líneas generales:
- Un líder colabora; un jefe «manda».
- Un líder inspira motivación; un jefe inspira miedo.
- Un líder es respetado; un jefe es temido.
- Un líder enseña; un jefe ordena.
Entender la diferencia entre estos dos perfiles de gestión es fundamental para construir la confianza y mejorar la relación entre empleados y directivos, sacándole el máximo partido al talento de las personas que forman los equipos de una organización.
#3. Consejos para construir la confianza.
Como hemos dicho, para generar confianza entre los colaboradores hay que desmarcarse de la etiqueta de «jefe» y pasar a ser un «líder».
Los siguientes consejos te ayudarán a ser el líder en el que todos los miembros de tu equipo confíen.
Entiende a tu equipo.
Conocer los puntos fuertes y no tan fuertes de tu equipo te permitirá crear las mejores sinergias para llegar a los objetivos propuestos.
La comunicación fluida haciendo uso de la escucha activa, la empatía y la asertividad son claves en este proceso.
Aprovecha las conversaciones informales en los pasillos o durante las comidas para tratar temas triviales, personales o de actualidad, muy útiles para conocerse mejor unos a otros.
Trata de entender las preocupaciones de las personas que te rodean, y deja que ellos te conozcan a ti también: una persona poco accesible no genera confianza.
Sé honesto
Mantén siempre informado a tu equipo sobre la situación de la empresa, especialmente en momentos de crisis.
Sabemos que un líder no puede comunicar toda la información que tiene sobre las decisiones que toma la organización y, habrá temas sensibles complicados de transmitir. Pero es mejor ser transparente y claro, informar de todo lo que se pueda sin eufemismos ni malabares mentales y, sobre todo, nunca mentir.
La incertidumbre genera desconfianza, rumores y mentiras que perjudican seriamente el estado de las personas y afectan a su motivación y productividad.
Sé consecuente
Sé consecuente en tus actos. Cumple tus promesas y no des nada por hecho.
Actúa siempre como un guía. Apoya a tus colaboradores y media durante los conflictos, tratando a todos los miembros del equipo por igual, sin favoritismos ni resquemores personales, con respeto y ética profesional.
Reconoce tus errores y pide feedback sobre cómo mejorar tu estilo de liderazgo, aceptando las críticas constructivas con humildad.
Repetimos, la confianza es un proceso que se tiene que ir construyendo activamente.
Dale alas a tu equipo
Esto puede sonar un poco trillado, pero créenos que funciona.
Y es que la confianza genera confianza. Si los empleados sienten que confías en su criterio, trabajarán más motivados y se atreverán a tomar decisiones y comunicar ideas novedosas que mejoren la productividad.
Claro está que antes tienes que definir los objetivos y las expectativas para que no hayan malentendidos y crear, por el contrario, sentimientos de frustración y desconfianza.
Por supuesto, todos somos humanos y a veces nos equivocamos. En ese caso, asume la responsabilidad y no «vendas» a tus colaboradores: nunca te lo perdonarían. En vez de eso, reúnelos a todos y aportad soluciones en conjunto.
El éxito es de todos
Tu éxito dependerá del éxito de tu equipo. Por lo tanto, agradece y acredita todo el trabajo y esfuerzo de las personas que contribuyeron a ello.
Tus colaboradores confiarán en ti si compartes con ellos la «gloria» de llegar a los objetivos establecidos y los llevas contigo en caso de ascenso y crecimiento profesional. Porque en un equipo «no se deja a nadie atrás».
##Conclusiones
Como vemos, el proceso de la construcción de la confianza se basa en un dar y recibir: si confías en tu equipo, tu equipo confiará en ti.
El secreto reside en la comunicación constante y en ser uno más: a nadie le gusta tener a alguien encima mandando todo el día.
Construir una confianza sólida con tu equipo puede ser costoso al principio, pero sin duda merece la pena. No solo beneficia a la organización a largo pazo, si no que mejorar las relaciones, el ambiente y el bienestar de todas las personas.
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