Hace un tiempo escribimos un artículo en el que explicábamos qué significaba ser Agile para los RRHH, en el cual dábamos un repaso al valor y el impacto positivo en las empresas que implementaban esta filosofía o marco de actuación. Allí explicamos la importancia que tienen las personas para las organizaciones Agile, ya que los equipos se convierten en el centro de toda estrategia. Pero esto no sería posible sin un líder que acompañara esta transformación, y eso es precisamente de lo que vamos a hablar hoy: del Liderazgo Ágil o Agile Leadership.
¡Empezamos!
Lo que encontrarás en este artículo:
- Agile Leadership: adiós jefe, hola líder.
- El liderazgo servicial.
- Principales características del Agile Leadership
- Conclusiones
#1. Agile Leadership: adiós jefe, hola líder
Tal y como ya hemos adelantado, en las organizaciones ágiles las personas son el centro. ¿Qué quiere decir eso? ¿A las empresas ya no les importa producir valor y ganar dinero? No, no van por ahí los tiros.
Lo que quiere decir es que las empresas que abrazan la filosofía Agile construyen ese valor a través de las personas. Por lo tanto, es importante que los equipos sean capaces de trabajar juntos de manera autónoma, sin la necesidad de que alguien, el típico jefe, esté encima suyo dando órdenes sin parar.
En un mundo ágil, no existen jefes, existen líderes. El Agile Leadership se basa en la idea de que la persona que lidera un equipo es, sobre todo, un facilitador, aquella encargada de dar poder a sus equipos, de otorgarles todo el conocimiento y los recursos necesarios para que puedan desarrollar su trabajo de manera eficiente por sí mismos y haciendo que se responsabilicen de sus propias tareas.
Y, también, el o la líder ágil se preocupará de que no existan bloqueadores que impidan el avance de los proyectos, guiará a su equipo frente a imprevistos y los acompañará en la búsqueda de soluciones ante desafíos importantes.
En resumen, la misión del Agile leadership es la de empoderar a sus equipos, poniéndose al servicio de los empleados y no al revés, que es a lo que siempre hemos estado acostumbrados.
#2. El liderazgo servicial
El concepto de liderazgo servicial no es nuevo, puesto que fue introducido por Greenleaf hace ya más de 50 años en el mundo de las organizaciones. Greenleaf describe este estilo como un enfoque en el cual el principal aspecto es el del líder al servicio de los demás, que practica la escucha activa, construye a partir del consenso y proporciona previsión de futuro.
Un líder servicial comparte sus privilegios, antepone las necesidades de sus empleados y ayuda a los demás a desarrollarse como profesionales para que puedan actuar con la máxima eficacia posible y explotar todo su potencial.
Son los señores Miyagi del trabajo (“dar cera, pulir cera…”).
Es importante dejar una cosa clara: servicial no es lo mismo que servil. Un líder servicial hará lo posible para que su equipo encuentre la solución ante un problema por sí mismo con el objetivo de que este crezca y aprenda. Un líder servil resolverá el problema dejando a ciegas a sus colaboradores, por lo que las mismas situaciones se repetirán una y otra vez, impidiendo que el equipo progrese.
Así, los principales atributos del líder servicial son:
- Estar disponible para los demás.
- Promocionar el sentimiento de pertenencia a un equipo.
- Compartir su visión de los objetivos.
- Mantener un acercamiento holístico de todo el trabajo.
- Tomar decisiones de forma conjunta.
Como vemos, este tipo de liderazgo requiere de un cambio de mindset y dejar a un lado los patrones de pensamiento tradicionales.
Con el Agile Leadership y su estilo servicial, lo que conseguimos son equipos altamente independientes y eficientes, capaces de tomar decisiones importantes que afectan al desarrollo de la producción sin perder el tiempo en cadenas de mando que, en la mayoría de los casos, entorpecen y ralentizan los procesos.
#3. Principales características del Agile Leadership
A continuación, vamos a hacer un repaso de las principales características por las que puedes reconocer a un líder ágil.
1. Es humilde
Nadie nace sabiéndolo todo, y los líderes tampoco son una fuente infinita de sabiduría. Pero sí que aprenden, y lo hacen durante toda su carrera profesional. Para un líder ágil, “ha llegado el momento de pasar de saberlo todo a aprenderlo todo”.
Un líder humilde aprende junto a su equipo, crecen juntos y se desarrollan juntos, por lo que la humildad también fomenta la confianza y el sentimiento de pertenencia a una comunidad que coopera y se ayuda mutuamente.
2. Se centra en los resultados
Evidentemente habrá ocasiones en las que un líder ágil tenga que decirle a su equipo qué es lo que debe hacer, pero esos momentos se deberían poder contar con los dedos de una mano.
Si como mentor quieres que tu equipo aprenda y no dependa de ti constantemente (un objetivo al cual aspiran la mayoría de líderes), es mejor centrarse en indicar los resultados que la organización necesita y dejar que los colaboradores descubran cómo llegar hasta ellos por sí mismos.
Por ejemplo, un líder ágil diría “necesitamos aumentar nuestros ingresos un 10% en los próximos 6 meses”, lo que sería un punto de partida para que el equipo trabaje conjuntamente para encontrar una solución que funcione.
De esta manera, se consiguen los resultados que la organización necesita y, muy importante, el equipo se queda con la sensación de logro, un aspecto clave que impulsa la motivación intrínseca.
3. Es flexible
Si tenemos en cuenta el punto anterior, en el que los líderes se comprometen con los resultados sobre las acciones, definiendo el objetivo final, pero sin tener el control sobre la metodología empleada para llegar hasta él, en necesario que sean flexibles, ya que las soluciones que aporte el equipo pueden no coincidir con las que él o ella misma propondría.
Bajo el manto del leadership agile, los líderes aceptan el caos (en su justa medida) y son conscientes de que los equipos autogestionados pueden cometer errores. Pero eso forma una parte inherente de cualquier proceso agile: aprender en base al ensayo y al error.
La flexibilidad no solo es útil para gestionar personas, también proyectos enteros, puesto que en el mercado volátil en el que nos encontramos ahora, lo que ayer funcionó puede no hacerlo hoy. Saber ir adaptándose a las circunstancias a medida que avanzan los planes es una de las mejores bazas con la que cuenta un buen líder agile.
4. Es un guía
Habrá veces en las que a tus colaboradores les cueste ver cuál es el siguiente paso que se necesita dar para ir en la dirección correcta.
Como mencionábamos anteriormente, un líder servil simplemente daría órdenes sobre lo que habría que hacer. Puede que parezca que esté ayudando, porque realmente habrá progresos. ¿Pero el trabajo del líder no es sacar el máximo potencial de su equipo?
En vez de dar las instrucciones necesarias, un líder ágil sondearía las mentes del personal hasta que se dieran cuenta por sí mismos sobre cómo seguir avanzado. Es un trabajo complicado que requiere de mucha psicología y práctica.
Pero ¡buenas noticias! Existen métodos como el modelo GROW que facilitan mucho esta tarea.
Este modelo conversacional sigue una estructura que ayuda a nuestro interlocutor a comprender las complejidades en las que se encuentra, sin que le digamos claramente qué hacer.
- Objetivo (Goal). El primer paso es preguntar por aquello que quiere conseguir, haciendo que describa el problema de la manera más detallada posible.
- Realidad (Reality). A continuación, hay que preguntarles por su realidad, la situación en la que se encuentran. ¿Qué es aquello que les impide abordar el problema?
- Opciones (Options). Una vez que sabemos cuál es el objetivo y cuál es la situación, es el momento de comentar las opciones. Se pueden explorar varias alternativas e ir acercándose a aquellas que más se ajusten a las necesidades de nuestro colaborador/a.
- Voluntad (Will). Por último, se le preguntará por una decisión firme. No qué podría o intentará hacer, sino ¿qué va a hacer? La opción la elije nuestro colaborador/a.
Con el método GROW se logra el objetivo, se resuelve el problema, avanzamos en el proyecto y lo más destacado, no hemos dado nosotros la solución, si no que la ha aportado el propio trabajador/a, por lo que refuerza su autonomía y su autoestima.
5. Toma decisiones juntamente con su equipo
Hay un problema y hay que tomar una decisión que probablemente afecte al trabajo de todo el grupo. Cada uno aporta información relevante que pueda a ayudar el líder a tomar la elección correcta. Bien ¿no?.
Pues… casi. Nos acercamos a lo que sería el ideal, pero en el caso anterior no deja de ser el mismo líder quien toma el control de la situación y lleva a cabo una resolución por sí mismo/a.
En realidad, la mejor manera de tomar una decisión es hacerlo de manera conjunta. En un equipo ágil, los componentes no informan del problema a su jefe, si no que se sientan con él o ella para hallar una solución. Es decir, que se pasa de una participación pasiva a una activa.
Un líder ágil reconoce que cuantas más cabezas pensantes, mejores respuestas se podrán dar. Por lo tanto, es hora de decir adiós a asumir la responsabilidad de las decisiones en solitario, y empezar a contar siempre con tu equipo.
6. Conoce con quién trabaja
Hacer que un equipo funcione a su máxima potencia es como montar un puzzle, y si no conoces las piezas, difícilmente lo harás encajar.
Los líderes ágiles conocen en profundidad a su equipo. Establecen vínculos de confianza con todos los integrantes, conocen sus valores, sus flaquezas, sus áreas de expertise y aquellas en las que pueden mejorar.
Conocer los límites también es una pieza clave, pues sabrás hasta dónde pueden llegar sin menoscabar las expectativas, tanto tuyas como suyas. Habrá veces que podrás empujarlos más allá de lo que ellos creían, y otras tendrás que apoyarlos cuando las cosas no se desarrollen como se esperaba.
7. Saben delegar
Un reciente estudio publicado en la Harvard Business Review ha establecido que los líderes ágiles delegan más.
Como resultado, el tiempo dedicado a pensar y diseñar estrategias para el negocio ha aumentado del 10% al 40%. No solo eso, el tiempo empleado en dirigir operaciones generales ha disminuido del 60% al 25%, permitiéndoles centrarse en gestionar el talento que tienen en sus manos.
Este valioso tiempo ganado e invertido en la empresa ha permitido a las compañías ser más competitivas, posicionarse bien en el mercado e identificar oportunidades de crecimiento.
##Conclusiones
Las organizaciones que quieren transformarse y volverse ágiles para adaptarse a las demandas del panorama actual, deberían sí o sí decantarse por establecer el Leadership Agile como modelo por defecto en sus equipos de mando.
Cada circunstancia requiere un tipo de liderazgo concreto y no siempre el Agile será el más recomendado (por ejemplo en situaciones de crisis). Pero, en general, es el modelo adecuado para aquellas organizaciones que quieren crecer y mejorar no solo sus actuaciones a nivel de beneficios económicos, sino también de cara a mejorar el bienestar y la experiencia de sus empleados.
Y tú, ¿utilizas el Agile Leadership en tu organización? ¡Déjanos un comentario!